Hemos escuchado la palabra ahorro energético, pero, ¿en qué consiste?

El ahorro energético se traduce en el uso eficiente de la energía eléctrica. Somos eficientes, cuando apagamos los equipos que no estamos utilizando, cuando usamos luces o bombillos de ahorro energético o cuando nos inclinamos por adquirir equipos de bajo consumo. Lo cierto es que los productos energéticamente más eficientes, suelen ser un poco más costosos que los que no lo son, pero estos a la larga traen muchos beneficios. En el caso de los focos:

• Duran más
• Tienen un menor impacto en el ambiente
• Producen menos calor
• Reducen tu factura eléctrica, ya que ahorran hasta un 80% de energía

¿Cómo traducimos esto a nuestros hogares?, ¿somos conscientes de cuánta energía desperdiciamos?

En casa podemos ser más eficientes cambiando nuestros focos o bombillos por unos de bajo consumo, apagando las luces en las habitaciones que no estamos usando y reforzando a diario la cultura de ahorro energético en nuestra familia o nuestra área de trabajo. Con esto no solo estaremos reduciendo nuestro impacto en el ambiente, sino que también tendremos una disminución en la factura eléctrica. Seamos usuarios más eficientes.