Son tantos los beneficios que le atribuye la medicina que hoy por hoy podemos encontrarla en todo tipo de tiendas en forma de comprimidos o suplementos, pero ¿Son todos iguales?, ¿Cuáles son sus verdaderos efectos? Te ayudamos a descubrir los secretos de esta antigua raíz que todavía se sigue investigando.

El término ginseng abarca varios tipos o especies de plantas, pero el más común y apreciado es el Panax ginseng o ginseng chino, procedente fundamentalmente de China y Corea, aunque también crece en zonas de Rusia, México y Canadá. Actualmente, también se encuentran cultivos en América

Sus hojas se asemejan a las de los rosales, aunque son más grandes que estas, y posee unas flores rojizas y pequeñas que brotan en racimos al final del tallo. La parte del ginseng de uso médico es su raíz bulbosa la cual puede alcanzar hasta un metro de longitud, aunque la planta no suele superar los 50 cm.

El ginseng actúa en el organismo humano de forma adaptó-gena, es decir, que tiene la capacidad de aumentar la resistencia física y psicológica frente a condiciones adversas como el estrés, devolviendo el equilibrio y la normalidad a sus funciones. Aunque, por su efecto vasoconstrictor no es recomendable para personas que padecen de hipertensión arterial, y dado que no existen datos sobre la seguridad del ginseng en niños o en mujeres embarazadas, no es recomendable usar en ninguna de estas dos situaciones.
También debemos tener en cuenta que el ginseng interacciona con algunos fármacos, por lo que antes de comenzar a consumirlo, si tomas algún medicamento sería recomendable que lo consultaras previamente con tu médico de cabecera, sin olvidar, que aunque son numerosos los beneficios que se le atribuyen, realmente existen pocos datos científicamente comprobados sobres sus efectos en las personas.